El mundo de la empresa está sufriendo profundos cambios. En tres generaciones, hemos
pasado de una sociedad que basaba todos sus esfuerzos en tener un trabajo seguro que les permitiera cubrir sus necesidades básicas, con un perfil poco formado y con un concepto de seguridad económica como único objetivo, a una última generación donde casi nada de esto tiene relevancia.
Las nuevas generaciones de trabajadores, más preparadas que nuca, con una calidad de vida mucho más alta, y con unas aspiraciones personales más relacionadas con el bienestar que con la seguridad, son profesionales que no solo buscan su desarrollo profesional continuo, sino que van algo más allá. Anhelan trabajar para compañías sostenibles, donde sientan que son parte del proyecto, donde puedan implicarse personalmente y, además, sientan que son felices por trabajar donde trabajan.
Los estilos de liderazgo obsoletos, basados en la presión y el miedo, están acabados. Aunque aún existen multitud de empresas en nuestro país con estos modelos, la realidad es que se está viviendo una era donde es muy difícil captar el nuevo talento y mucho más, mantenerlo.
Las compañías tienen grandes problemas para evitar el altísimo gasto de reposición de
personal, y ha llegado el momento de dar al “ser humano”, el valor real que tiene un una
compañía.
Movimientos como “La Gran Renuncia”, en EEUU, donde millones de personas dejaron sus
puestos de trabajo tras la pandemia, hacen que la formación de los mandos intermedios y
directivos, sea uno de los puntos clave en estos momentos. Recordemos que:
”Las personas no se van de las empresas, se van de sus Jefes”.
El trabajo desde los mandos intermedios, y el cambio profundo de las Culturas de las empresas, son el primer paso para esta transformación en una empresa más humana y adaptada a estos momentos.
En Logístikos, se ha desarrollado el programa “Liderar sin amargar” para formar a directivos y mandos intermedios, con el objetivo de cambiar las cosas desde la base, desde las entrañas de las compañías, en un proceso de modernización de los estilos de liderazgo adaptados a nuestras nuevas generaciones.
Bajar los niveles de estrés, dotar al personal de herramientas para afrontar las dificultades con mayor calma y resiliencia, trabajar en la gestión emocional y realizar un cambio de mentalidad para la humanización de la empresa, serán los objetivos más importantes de este proyecto.
Trabajar y ser feliz ya no puede ser un sueño, debe ser una realidad.
Autora: Mamen Fernández | CEO Human Balance
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